Por Hugo Castillo Mesino
A veces es preferible silenciarnos que decir la
verdad o viceversa. Cuando nos cuestionamos “¿reivindicación de la mujer o
festejo?”; estamos situándonos en un mar de connotaciones y entrando en la
complejidad reflexiva del análisis de lo que significa la emancipación de la
mujer. Lo cual hace referencia al proceso histórico por el que las mujeres
reivindican sus derechos, han luchado y siguen luchando por la igualdad legal,
política, profesional, social, familiar y personal. El tradicionalismo nos ha
enseñado que esos derechos han sido conculcados por los gobiernos y las
respuestas han sido los ataques y represiones con altas estadísticas de
feminicidios del régimen y de particulares. La emancipación femenina es la
historia del cómo las mujeres se vienen liberando de la opresión del
patriarcado por su condición y por estar marcadas con un ADN histórico; es así
como los gobiernos y los patronos relegan su día 8 de marzo, conocido como el “Día
Internacional de la Mujer”. Nadie está en contra de los homenajes reflexivos y
festivos, sino más bien de la doble moral del cómo disfrazan su historia y
desconocen sus reivindicaciones. En Colombia, la mujer apenas logró
estudiar el bachillerato y acceder a la educación superior desde 1933, por lo
que las primeras universitarias del país se registraron en 1938, cuando seis de
ellas tuvieron la posibilidad de graduarse. Por eso, los movimientos feministas
que buscaban mayores oportunidades educativas empezaron a gestarse a finales de
la década de los 40 y se reforzaron luego de que la mujer tuviera el derecho al
voto, desde 1954.
Las mujeres están llamadas a seguir enarbolando
sus bandereas con su gesta organizativa y propender por una unidad férrea
participativa que han librado millones de trabajadores indistintamente y que de
paso son sus luchas. La Ley de Cuotas del año 2000 les impuso a los partidos
políticos conformar sus listas de candidatos a corporaciones públicas con el
30% de mujeres; pese a ello siguen siendo minoría en el parlamento colombiano y
esto suele suceder en las organizaciones de base y en los entes territoriales,
donde al final se las tiran de locos, sordos y mudos. Es precisamente la
violencia contra la mujer en la política una de las causas para que la
participación de las mujeres se estanque. Los expertos definen este concepto
como aquellos comportamientos dirigidos hacia las mujeres con el propósito de
aburrirlas y que abandonen la política. En el mundo el movimiento de los
derechos de la mujer se inició hace más de 150 años; Elizabeth Cady Stanton y
Susan B. Anthony en Nueva York, EE.UU., dirigieron la lucha por el sufragio de
la mujer, ayudando a asegurar el derecho al voto en 1920 y dando paso al
feminismo del siglo XX. Hoy 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, a la
mujer le corresponde seguir en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y
en su desarrollo íntegro como persona.
A lo largo de la historia, a pesar de vivir en
un mundo patriarcal, muchas mujeres fueron capaces de cambiar el curso de
acontecimientos políticos, históricos, científicos y sociales de la humanidad.
Con ello lograron marcar un antes y un después, entre ellas: Malala Yousafzaird
es una activista a favor de los derechos civiles; Marie Curie, doble ganadora de
un Premio Nobel en distintas especialidades, física y química, siendo la
científica más reconocida de la historia; Hedy Lamarr, artista, no sólo
fue una sex symbol y autora de un sistema de comunicaciones en el que se basan
todas las tecnologías existentes en la actualidad; Simone de Beauvoir,
escritora, profesora y filósofa francesa, su obra “El segundo sexo” se
considera una de las más fundamentales del movimiento feminista; Frida
Kahlo, considerada una de las figuras femeninas mexicanas más influyentes de su
tiempo, logró trascender a través de sus innovadoras obras de arte y hoy es
recordada como una de las artistas más famosas del siglo XX; Rosa Park,
reconocida como la “primera dama de los derechos civiles” por el Congreso de
Estados Unidos; Valentina Tereshkova, soviética, fue la primera mujer de la
historia en viajar al espacio y única en hacerlo en solitario; Virginia Woolf,
con sus novelas y escritos, la británica se convirtió en símbolo del feminismo
y del modernismo literario del siglo XX. En la historia colombiana, grandes
heroínas como: Manuela Beltrán, Policarpa Salavarrieta, Antonia Santos, al
igual que la “Flor del trabajo”, María Cano, son ejemplos vivos para que las
mujeres se sigan sumando al Paro Nacional a realizarse este 24 de marzo contra
el paquetazo del subpresidente Iván Duque y por la defensa de los Derechos
Humanos, por garantías políticas para los dirigentes y líderes sociales que
vienen siendo asesinados vilmente. Repensemos la forma de hacer política y
luchemos unitariamente por los derechos y reivindicaciones de la mujer.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
DOMINGO 8 DE MARZO DE 2020
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