Por Hugo Castillo Mesino
Al vivir en la caverna pandémica postmoderna, de
marzo a mayo, la lectura con agenda de vida tiende a poseernos con
complejidades y elucubraciones eutópicas en ese trasegar de centenares de horas
que van y vienen como las olas en su afán de resaca y rompiente de rostro
empalidecido y alegrías dimensionales producto de las tormentas confinadas;
mientras estamos en la estrechez del espacio mirándonos de cerca y aislados los
unos de los otros como si fuéramos robots con sentimientos mediados por la
intangibilidad y tangibilidad del alma y del cuerpo, con la complicidad de la
luz y la sombra en los días y las noches, escuchando las palabras entre
mortales como si tuvieran efecto bumerán al construir los nuevos rebaños
mitigantes del virus para sobreprotegernos.
Invocando a Sócrates en “Conócete a ti mismo”
con su método “mayéutico”, vislumbrando con cierta dosis de locura y filantropía,
partiendo de que los normales poco producen, surgió la idea subversiva propositiva
con resistencia y coraje de desarrollar la Campaña “Todo Por La Vida”, estimulada
por las frases “El camino se construye al caminar” y “Caminantes son tus
huellas”. Reflexioné sobre los hombres y mujeres guerreros del sector salud, símbolos
de conservación y protección del ser humano biosocial, esos galenos de
juramento hipocrático y su equipo de colaboradores que se unen en el silencio
ante la tragedia con escasas sonrisas hasta caer en la nostalgia en medio de
salvar vidas, arriesgando la suya; lo que inspiró llamar a los amigos,
compañeros, familiares y referentes sociales y comentarles a través del corazón
digital o celular que todos tenemos la solidaridad espiritual y material como
imperativo de colaborar, máxime en época de pandemia, con el fin de mitigar el
estado de precariedad en que están inmersos los Pasos o Centros de Salud del
Distrito de Barranquilla y su Área Metropolitana, donde el personal médico y
los trabajadores carecen de muchos
elementos de bioseguridad para el ejercicio de sus labores.
Ante lo esbozado exhorté a la ciudadanía e
impulsé la campaña “Todo por la Vida” sin distingo de raza, credo y sexo a
unirse como un solo hombre o mujer haciendo la donación económica para la
compra de “Mascararas de Protección Facial”, para su distribución racional en
el suroccidente, suroriente y Área Metropolitana del Distrito de Barranquilla;
inicialmente trabajando por mas de diez horas al día, haciendo llamadas
interpersonales con resonancia y reciprocidad a los conocidos solidarios. De
esta manera se obtuvieron recursos para la compra de un centenar de máscaras. Continué
abriendo las puertas de la solidaridad alimentado por la hilaridad y calor de
los días con fervor y amor para encausar la gesta humanitaria de la campaña con
ingredientes positivos; ya no eran un centenar de máscaras compradas, eran tres
veces más el número de máscaras donadas en la campaña denominada “Todo por la
vida” que, al avanzar las horas exponenciales, crecían las donaciones por la
solidaridad de los mortales.
Ahora, como el propósito de las “Elucubraciones
Eutópicas” es realizable; consideramos ampliar los niveles de difusión y
publicidad de la campaña elevando el número de máscaras a ochocientas, dado que
hemos avanzado en un cincuenta por ciento; para ello establecimos lanzarnos a
los medios hablados y a las redes sociales presentándole a la ciudadanía el número
de Cuenta de Ahorro de Bancolombia 08090929721, al igual que por el sistema de
envíos llamando al celular 3017575232,
donde los interesados puedan aportar su óvalo o donación e informarnos
enviando su comprobante con el objetivo de efectivizar el registro contable y
posteriormente dar a conocer por las redes sociales y los medios de
comunicación sobre las entregas de las máscaras. Daremos a conocer las cuantías
y gastos de la campaña “Todo Por La Vida”.
Hoy, a la fecha, con Elucubraciones Eutópicas
la campaña ha sido exitosa; aspiramos su contribución o donación solidaria de
concienciación. Cabe recordar que “Juntos somos más fuertes”; es la invitación de
este colaborador y del amigo solidario Milton Olivares Carvajal, quienes nos
responsabilizamos llevar hasta los Pasos o Centros de Salud las máscaras,
asumiendo gastos de transporte y otros para mitigar un poco la carencia de
elementos de Bioseguridad.
La estrategia por nuestra condición de seres
bioéticos y solidarios humaniza y evidencia un nuevo hombre o mujer reflexivo,
racional, intuitivo, sentipensante, colectivo, colaborativo; pero, a la vez,
nos enseña que la Campaña “Todo por la Vida” tiene una naturaleza en la cual no
se determina el dios dinero, sino, por el contrario, el Redentor quien sacrificó
su vida por los demás y como hijos de Cristo Vivo o Celestial. No podemos ser
inferiores por la concepción de utópicos y eutópicos. Con nota de humor
cerramos este ejercicio informando que a mi sobrino le toca lavar el dinero
recaudado como protocolo sanitario ante el posible contagio pandémico;
lógicamente, sin implicaciones jurídicas. Repensemos la solidaridad espiritual
y material.
PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA
MARTES 12 DE MAYO DE 2020
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