LOS AFANES DE LA RADIO
Los teóricos suelen definir la radio a través
de círculos conferencistas de características especiales y señalan que esta
tiene un oído global por su alcance, difusión y sonoridad; además de atribuirle
un ojo específico que denota equilibrio, emoción, razón, con atributos como:
sentir, ver y oír. La radio siempre nos envía un mensaje, y es que nuestros
oídos ven cosas que no lo pueden transmitir otros medios de comunicación, debido
a que su naturaleza es plural. La radio en sus afanes tiene un lenguaje que no
solo es la música, que ha demostrado ser exitosa en este medio, contribuyendo con
las entrevistas a un determinado personaje y posibilitando adentrarse más en su
vida por su connotación espiritual.
Al lenguaje de la radio se suman los efectos
especiales, sonidos ambientales y el silencio; además su lenguaje radiofónico
expresado en un conjunto de formas sonoras, representado por el sistema
expresivo de la palabra, le permite al oyente captar el mensaje como información
y ésta termina con una exigencia ante el oyente que genera una captación
efectiva. Basta con escuchar un programa radial para tener una opinión positiva
sobre la capacidad de empatía por quienes desarrollan un periodismo radial,
denotando su buen vocabulario, haciendo uso racional del tiempo programático y
suscitando interés por sus informaciones y la lectura crítica que tiene sobre
las mismas.
Quienes hacen parte de la radio en su condición
de periodista o locutor están en la necesidad de cultivar y educar la voz que
es trascendental en este tipo de oficio dado la importancia ante los oyentes o
receptores, caracterizada por la altura o tono, intensidad, calidad y timbre,
ritmo y el énfasis. Aparejada a ella se requiere de una fluidez y un enriquecimiento
en el vocabulario al expresarse, el manejo de la mandíbula, labios y garganta.
El periodista o locutor radial debe tener un manejo adecuado al momento de
entrevistar, sobre todo si el entrevistado tiene una voz chillona, lo que
implica diseñar estrategias en la formulación de preguntas temáticas concisas;
de tal forma que la voz del entrevistado quede intercalada para que se cumplan
ciertos parámetros que vayan acorde con la entonación, combinar el cubrimiento,
hacer énfasis en la información, leer como si estuviese contando un cuento para
una mejor comprensión de la audiencia o receptores.
Hay situaciones que se presentan a diario ante
quienes laboran en los afanes de la radio. Estas deben responder a un buen
manejo de la estructura gramatical al elaborar un texto como insumo del
programa radial; por ello el texto no debe leerse al pie de la letra; la frase
del mismo debe ser en positivo y evitar las cacareadas muletillas; no temerle
al silencio, tomarlo como una referencia con significados profundos, dejarse
acompañar de la música en un momento inicial intermedio o final. El propósito
de este ejercicio no es recetar ni dosificar; por el contrario, es contribuir a
identificar las ventajas y desventajas de quienes hacen periodismo radial y andan
en sus afanes, es presentar nuevas alternativas expresadas en efectos sonoros,
ambientales o descriptivos, expresivos, narrativos o dramáticos en el desarrollo
del programa radial destacando la función reflexiva por parte de los oyentes y situando
al periodista radial como la voz amiga del oyente de la radio.
Parafraseando a Nidia Callegari Melo en su obra
“Géneros Periodísticos de Hoy… Este es el Manual”, la importancia de la radio
es la intimidad del “Tú a Tú”, cuando periodistas y oyentes se perciben al
escuchar la trasmisión de la noticia que requiere de pocos insumos de la
producción teniendo como cualidad un mayor efecto por sus mensajes efímeros. La
radio sigue avanzando en su desarrollo por sus géneros de análisis,
profundización y opinión valiéndose de periodistas especializados que se
caracterizan por saber preguntar, reiterando que la herramienta más importante
de la radio es la voz y que en su orden hay otras formas sonoras como la música,
efectos especiales y el silencio. Que bien le haríamos a la radio si optáramos por
la búsqueda de un mejor vocabulario que permita diferenciar las palabras frías
de las cálidas, estas últimas convertidas en el clásico sensacionalismo que en
vez de utilizar polémica utiliza escándalo, por reinsertado utiliza arrepentido.
Son consideraciones sensacionalistas de naturaleza cálida como otro eufemismo vulgar
del vocabulario.
Aurelio Arteta, profesor de Filosofía Política
de la Universidad del país vasco, nos habla de los archisílabos, estiramiento
de las palabras adoptadas por colectividades profesionales y por círculos
periodísticos, como patología del vocabulario; al igual, el uso correcto de la
palabra “llana” al calificar el término “sobredimensionamiento” como un archisílabo;
mientras, Álex Grijelmo, en su obra el “Estilo del Periodista”, considera que
su equivalente es “exceso”. Repensar los afanes de la radio, al igual que el
oficio de la comunicación radial y sus agentes.
LUNES 26 DE OCTUBRE DE 2020
0 comentarios:
Publicar un comentario