"PERIODISMO CIUDADANO"
El periodismo es un oficio que, básicamente, se encarga de narrar, comunicar y fomentar debates, tertulias y géneros periodísticos que despierten interés y motivaciones a la audiencia ciudadana con el fin de contribuir al ejercicio social; para ello, el periodista debe estar bien informado y documentado a fin de que el ciudadano receptor haga su lectura sobre las realidades o verdades noticiosas acorde con los contextos económicos sociales y culturales del país y del mundo. Esta posición se asume desde la condición del ejercicio periodístico debido al código deontológico ético como profesional de la Comunicación Social, confrontando las desviaciones y tergiversaciones noticiosas que a diario suceden en algunos medios locales, nacional e internacional y en las redes sociales. El nuevo fenómeno o esnobismo en la era digital denominado “Periodismo ciudadano” es preocupante dónde los usuarios o ciberusuarios son productores de información y de sus propios medios; de tal forma que, en su condición de emisor, la informaciones o noticias por lo general están en función más de su interés personal que del colectivo ciudadano debido a limitaciones académicas y profesionales, e incluso empíricas y seducidos por emociones no educadas.
El “periodismo ciudadano” se ha generalizado debido al avance tecnológico y por tener al alcance insumos cibernéticos como: teléfono celular, tabletas, ordenadores, conexiones y dispositivos móviles, los cuales sirven para “informar” de manera sencilla sin ninguna responsabilidad ética que garantice veracidad, imparcialidad, equilibrio, etc. El “periodismo ciudadano” es una realidad en la cual informar es una osadía sin límites, una aventura sin objetivo, un desmán emocional, una ocupación ante la crisis, no se adquiere ninguna responsabilidad y al parecer se ha convertido en un oficio de fácil acceso donde basta con tener un celular para hacer parte del “periodismo ciudadano”, atiborrando las redes sociales; con el tiempo habrá más “periodistas ciudadanos” que usuarios consumidores de información segmentada, aunque parezca hiperbólico.
Por tanto, parafraseando a Sánchez Guijardo en su ensayo “Periodismo ciudadano ¿Un nuevo fenómeno de periodismo?”, es necesario analizar las facetas que representa el ejercicio libre e independiente, su accionar a través de estrategias publicitarias y su difusión como medio de comunicación; todo ello ocurre ante la situación crítica del periodismo tradicional y sus desviaciones al servicio de intereses de los clanes local, regional y nacional y los partidos mancomunados con los gobiernos de turno. No obstante, el “periodismo ciudadano” adolece de formación académica y su falencia consisten en NO sistematizar la observación, saber interpretar y representar sucesos que se presentan en la sociedad y por no contar con estrategias para publicar situaciones que le interesan al público, sino más bien denunciar “sin ton, ni son”, sin tener fuentes informativas cayendo en el periodismo amarillista.
Mientras muchos periodistas profesionales y empíricos no se reivindiquen y comprometan con el público, como deber ser, la crisis se acentúa y se fortalece el “periodismo ciudadano” sea cualquiera el medio empleado. Es bueno recalcar que el “periodismo ciudadano” emite las noticias que le interesa como emisor mas no al receptor ciudadano; el periodismo profesional debe como imperativo categórico ético informar las noticias y los aspectos que le interesa a la ciudadanía en su conjunto.
El “periodismo ciudadano” se pone en tela de juicio máxime cuando éste se ha hecho viral, cada día asaltan los espacios digitales y radiales como si fuera un deporte nacional; la carencia académica y empírica del “periodismo ciudadano” no le permite dar a conocer a grandes rasgos este oficio o actividad comunicativa por el desconocimiento de sus deberes, la escala axiológica comunicativa y las reglas establecidas dentro del gremio. El “periodismo ciudadano” carece de legitimidad, dado que no se puede concebir por el hecho de tener al alcancé tecnología e internet a quien desde cualquier lugar capte y difunda información, común en el “periodismo ciudadano” sin regulación del Ministerio de Comunicaciones.
Además, insisto que éste adolece de responsabilidad ética y social en detrimento de la sociedad de consumidores o receptores, del periodismo profesional y empírico, medios de comunicación independientes, de las Facultades de Comunicación Social, favoreciendo a la mediocracia que le hace el juego y desconociendo la misión y la visión de la Comunicación Social Transformadora que redunde en la sociedad.
En su libro “Géneros Periodísticos de Hoy”, la comunicadora social y periodista Nidia Callegari Melo, nos plantea que el periodismo y la democracia en concordancia desarrollan una mejor labor cuando las noticias, la información y las ideas fluyen libremente, cuando las noticias muestran completamente los diversos aspectos y la variedad de la vida e incluso las culturas de las comunidades a través de la deliberación pública ampliada; estas mismas noticias contribuyen a que los ciudadanos se conviertan en actores políticos y no en consumidores políticos. Es ahí donde el “periodismo ciudadano” no alcanza a visibilizar, menos a inferir, fundamentar y argumentar su accionar. Repensar el periodismo profesional y empírico como la concitación al rescate de los espacios comunitarios y el fortalecimiento de estos.
LUNES 28 DE ABRIL DE 2021
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