FACEBOOK LIVE

Latest Posts:

LEER ES VER Y SENTIR AL OTRO

                                LEER ES VER Y SENTIR AL OTRO



Por Hugo Castillo Mesino


Introducirse en la obra de Mario Mendoza “Leer es resistir” es rehacer la niñez llena de tormentas, de momentos agobiantes, pero a su vez es la sanación espiritual utilizando como insumo la lectura que al final se tradujo en su mejor compañía; leyendo cuentos de hadas franceses e historietas, hasta formar su pequeña biblioteca, mientras le hacia el quite a la muerte en una cama de un hospital, fueron los libros los que le sirvieron de medicina para curarlo de sus tormentos interiores desde niño cuando estaba al borde de la muerte esperando los santos óleos. Una vez superada la enfermedad partió con un morral de libros y a la fecha infiere que esas lecturas fueron el antídoto que restableció su alma como catarsis o purificación antes sus males y como estímulo para seguir propiciando aventuras descubiertas en la lectura y seguir tejiendo el amor por ella, decolar y aterrizar en la comprensión de las cosas, alimentarse de tolerancia, resiliencia y tener paz interior, para navegar en el universo social y pensar en sus semejantes.

 

Las razones que esgrime Mario Mendoza en su obra no son pedagógicas, más bien pertenecen a las artes mágicas, a los secretos dionisiacos por medio del cual sus adeptos experimentan transformaciones; leemos para ser judíos, musulmanes, hindúes, ateos, cristianos, budista; leemos para ser europeos, africanos, americanos, asiáticos, australianos y pare de contar. Las letras como las palabras y sus conjugaciones existen en un universo visible, también invisible, mediado por pasiones, estados anímicos, alegría, euforia, odio y venganza e, incluso, el silencio está en el lenguaje; por eso hemos escrito desde la antigüedad hasta la posmodernidad, siendo la literatura la que desdobla al lector y lo introduce en un trance misterioso como si fuera una pócima mágica, más bien el alucinógeno escondido entre las otras sustancias.

 

Comenta Mendoza en su libro “Leer es resistir” que promover la lectura en bibliotecas públicas, en casa de la cultura, en colegios, en clubes de lectura y en prisiones es creer profundamente en el poder transformador de los libros y que es posible liderar un pueblo sólo a punta de hoja de papel. Mendoza se pregunta: “¿Cuántas veces no nos hemos curado de nuestras propias dolencias en los libros de Sábato, de Virginia Woolf, de Dumas o de Lovecratf?, ¿Cuántos personajes no se suicidan o se hacen matar para que nosotros podamos continuar con nuestras vidas y rehacerlas de una manera más inteligente?, ¿Cuántas veces no hemos buscado en las páginas de nuestros autores favoritos las recetas para curarnos de las depresiones más ondas, de nuestros duelos, de la soledad que a veces nos carcome hasta casi aniquilarnos?”. Estamos seguros que ese sacrificio no ha sido en vano, la historia universal y sus páginas están escritas por hombres y mujeres que lo han dado todo por nosotros, al igual que nuestra historia al mantener vivo ese gran legado del cual tenemos mucho que aprender y es imperativo defender.

 

Mario Mendoza recuerda como si fuera ayer que esta obra la escribió en medio de la pandemia del Covid-19 y dibujó al planeta arrinconado, asustado, previniendo lo peor, sumado a ello la debacle económica, cuando millones de personas perdieron sus trabajos y cayeron en la pobreza extrema. Ante el desosiego, los bombardeos, la desesperanza, la respuesta fue y seguirá siendo un libro y embeberse en sus lecturas como coraza para amar y proteger la vida. 

 

Y en ese mundo de resistencia Vargas Llosa confiesa que el envenenamiento de Emma Madame Bovary lo salvo en sus años de juventud de una depresión que lo hizo coquetear con el suicidio; García Márquez alguna vez vio a Hemingway y lo saludo emocionado desde lejos, un tiempo después Hemingway se suicidaría con su escopeta de cazar elefantes y García Márquez, al enterarse de la fatídica noticia, entraría en unos años de silencio y aislamiento espiritual; Borges se enamoró de una lectora única que poco a poco se convirtió en su amiga inseparable; Gandhi siendo conducido a la cárcel por los británicos, lo único que le importaba en esos momentos tan aciagos era tener una torre de libro para leer en prisión.

 

La lectura nos modifica, nos transforma, nos otorga un poder incalculable. Leemos porque sabemos que un día moriremos, que somos finitos y que necesitamos un poco de trascendencia en medio de tanta banalidad y tanto sinsentido. Los libros son los mejores aliados, son recetas infalibles, son estimulantes cuando las cosas tienden apagarse o desaparecer. Aprender a leer es comenzar reinventar la realidad, a modificarla y a salir de ella. Por eso los libros se censuran, se esconden, se queman, se prohíben al no comprender lo orgásmico y espiritual e inventar mundos que no existen y darle respuesta contundente a la bestialidad del poder de los tiranos. 

   

PUBLICADO EN EL DIARIO LA LIBERTAD DE BARRANQUILLA

LUNES 25 DE JULIO DE 2022


Share on Google Plus

About hugo castillo

This is a short description in the author block about the author. You edit it by entering text in the "Biographical Info" field in the user admin panel.
    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comentarios:

Publicar un comentario