¿SI YO FUERA CONCEJAL?
A los colombianos y en particular a la ciudadanía barranquillera, quienes durante cada cuatro años en su condición de ciudadanos participan en el acto de elegir representantes, concibiéndose este como el ejercicio del derecho al voto; es decir, seleccionar a los candidatos o partidos políticos que consideren más adecuados para ocupar cargos públicos. Además, constitucionalmente tienen la opción de ser elegidos como candidatos a un cargo público y obtener el apoyo de los ciudadanos a través de las elecciones.
Por tanto, en medio del alboroto irracional y la mesura, los aciertos y dificultades, certezas e incertidumbres, rifirrafes y riñas, locos y cuerdos, sentipensantes y emotivos, humanistas y vividores, filántropos y misántropos, honestos y desleales; en este mundo la política dejo de ser un arte o una disciplina para convertirse en un negocio donde prima el dios del dinero y prospera la mediocridad… Se infiere que en la coyuntura actual y próximos a las elecciones locales existe la necesidad de repensar con madurez y amor ciudadano adentrando la ciudad de Barranquilla con propósitos y tareas a desarrollar en el ejercicio político, que redunde en la ciudadanía.
He decidido a manera de reflexión responsable lanzar el imperativo “Si yo fuera concejal” dado que esta frase significativa y transcendental es una opinión o tómela como concepto al preguntarse ¿Cómo se podrían solucionar determinados problemas o situaciones, si ocupara el cargo de concejal?, en ese recinto se expresarían propuestas y proyectos para mejorar la gestión distrital y abordar los desafíos frente a las comunidades; y de esa forma contribuir a él empoderamiento ciudadano para posibilitar decisiones locales y fortalecer la democracia, a través de la fiscalización y control político como punto de partida para el debate y la acción colectiva en beneficio de la comunidad.
Comprometerse con la gente políticamente implica la responsabilidad de representar y ser un mandado por la ciudadanía actuando con ética, transparencia y compromiso; no basta involucrarse, sino comprometerse con los intereses ciudadanos que están por encima de los intereses personales o grupos particulares que apuestan con altas sumas de dinero para obtener dividendos. Se olvidan estos concejales conscientemente que hay que trabajar para la gente, con quien se estableció un vínculo de confianza y se asumió la responsabilidad al elegirlos representantes legítimos y honestos que respondan a los intereses, necesidades y demandas de la comunidad.
Por ello “Si yo fuera concejal” escucharía las preocupaciones, necesidades y aspiraciones de la gente, en materia de educación, cultura, seguridad ciudadana, salud y de la “gente de la calle” quien por largos años vive huérfana ante la indiferencia del gobierno local y de los concejales. “Si yo fuera concejal” sería un verdadero portavoz de sus problemas, a través de políticas públicas.
Rara veces los concejales rinden cuentas sobre las decisiones tomadas, los recursos utilizados y resultados obtenidos; por lo general se escucha quien voto a favor y quien voto en contra de un proyecto determinado, de las adiciones presupuestales, del endeudamiento inusitado del distrito, del presupuesto, elecciones de la mesa directiva, de las mayorías, minorías y viceversa, de las unidades de apoyo, del pago de sesiones y de las cuotas ante los organismos de control. Por tanto, los concejales tienen que ser receptivos a las críticas y retroalimentarse de las comunidades que es la razón del ejercicio “Si yo fuera concejal”, establecería canales de participación para fomentar diálogos prospectivos como insumos de empoderamiento.
Entre las funciones de los alcaldes en el ámbito distrital está la administración pública del gobierno local; es responsabilidad del alcalde dirigir y coordinar las actividades de gobierno. Es cierto que los concejales son coadministradores del distrito, por tanto, al aprobarse el presupuesto tienen la responsabilidad que los recursos destinados a las diferentes áreas y programas estén acorde a las necesidades del distrito y de la ciudadanía en función de las prioridades establecidas, implementando políticas y proyectos que estimulen la inversión, generen empleo y promuevan el crecimiento económico. Además, de garantizar la seguridad ciudadana, planificación urbana y gestión del territorio.
No se trata de ser concejal bajo el bullicio electoral cuando no se tiene un mínimo de formación y conocimiento en la presentación de proyectos que promuevan el desarrollo social, económico y ambiental; además todo implica promover la igualdad, la justicia y la inclusión en todas las áreas de gobierno. En síntesis, es un compromiso de los concejales buscar mejorar la calidad de vida de la ciudadanía y promover el desarrollo de una sociedad justa y equitativa.
Los concejales de Barranquilla tienen diversas funciones y responsabilidades dentro del marco de su labor y del control político; como es la de elaborar y aprobar proyectos y normativas locales, ejercer el control político al alcalde y a la administración distrital, evaluando y fiscalizando las acciones y decisiones tomadas por su equipo de gobierno, citar a los funcionarios para solicitar informes, formular críticas constructivas, participar en comisiones y debates, canalizar quejas y sugerencias de la comunidad. “Si yo fuera concejal”
Comunicador Social Periodista.
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