CARTA AL PRESIDENTE
Quién soy para decirle al presidente Gustavo Petro ¡qué es lo que tiene que seguir haciendo y que es lo que debe hacer!; recordé qué el voto programático depositado en las urnas por millones de colombianos son los insumos de confianza para que en el 2024 el presidente ponga la casa nacional en orden y llame las cosas por su nombre. Al finalizar el año dando tregua del cómo comenzar el nuevo año acerté en refrescar la condición de escritor relevando facetas para el amor en tiempos de paz y creando barreras a los consumidores de odios; que solo tienen sentidos, si es que lo tienen destruyendo lo bello y dulce de las cosas, sin hacer resistencia a que piensen lo que quieran. Es ahí cuando abrí el baúl poético como bienvenida al esperanzando y motivante 2024 donde estaremos prestos a usar el arsenal semiótico sin importar el género, apostando a la tranquilidad y tolerancia de los lectores dispuestos a seguir construyendo “Colombia potencia de la vida”
Señor presidente una vez quise ser payaso, para hacer reír mientras los demás reían, quise que todos me aplaudieran y la gente aplaudió, mientras los niños duermen en andenes y en casas de cartón y los gobernantes se jactan con “cuentas claras de mentira y miseria” alejando la ciudad de Barranquilla para “El Malecón”; presidente una vez quise ser piloto y convertirme en el viento y llegar a lugares vulnerables del país y ser la brújula de sus de sus sueños; una vez señor presidente quise ser atleta y salir a correr por calles y carreras de Barranquilla y el Atlántico agitando las banderas de “Paro Cívico” por las altas tarifas de Air-e y Afinia que nos tienen arruinados, ante la indiferencia de los gobiernos; otra vez presidente enojado ¿porque en las ciudades hay colegios públicos de primera y de segunda categoría si todos son pagados con tributos y recaudos públicos?; presidente una vez quise ser ajedrecista para ganar la partida de coadministrador, mientras los concejales de mi ciudad y congresistas hacen de su ejercicio un negocio y ameritan ser investigados, he suponer presidente, que hará un giro a la justicia.
Presidente una vez quise ser cirujano o Ministro de Hacienda para saber ¿Por qué cuando se habla de reducir el 12% al 4% el aporte a la salud de los pensionados, se “argumenta” sobre la inconveniencia económica presupuestal?, mientras que en otros menesteres no existe la categoría amañada; una vez presidente quise ser pintor, escultor para plasmar cultura política ante la carencia de hombres y mujeres probos de la región y el país a través del ministerio de cultura; una vez aprendí a ser Comunicador Social y hacer ruptura ante la comunicación corporativa de los grandes medios y la mediocracia que lo tienen jodido, ¡debe ser más incisivo y contundente, si aspira a mantener informado a los colombianos !; una vez presidente quise ser el pastor para andar en medio de la manada del “Pacto Histórico” y expulsar las ovejas descarriadas, creando condiciones para nuevos liderazgos, de lo contrario los dividendos políticos de su gestión para el 2026, se van al carajo .
Señor presidente le insisto una vez más que quise ser alpinista y escalar por los caminos que conducen a “Colombia competencia de la vida” camino donde ha de llegar al alma terrenal de los colombianos en cada rincón con sus ministros, dirigentes políticos y lideres regionales e invertir socialmente, si no lo hace su discurso se desgasta y solo quedara una constancia histórica como lema de la izquierda ortodoxa; presidente una vez quise ser apóstol y predicar sobre el amor del universo con sus cuerpos celestes y usted tiene algo en común, pero la gente quiere que sea cierto el control de los precios y medidas con equilibrio entre el valor real y el nominal de los artículos de uso y consumo directo; señor presidente una vez quise ser poeta, declamar lo bello, lo sublime y lo hermoso que tiene el ser y el no ser, donde escribiría en cada estrofa la felicidad y el arte de inventar letras hechas poesía, presidente háblele a los colombianos cada diez o quince días y con ello incrementa “valor agregado” a su gestión.
Señor presidente lo familiar es lo más extraño, cuídese; una vez presidente quise vivir la locura, disfrutar un poco de eso, mis ideas no las entendían, sus detractores lo tildan de loco, pero un poco loco, ayuda un poco al estilo Einsteniano, no reconocen que usted es “humano demasiado humano” como dice Nietzsche, dicen no comprender para embaucar a la ciudadanía, como lo han hecho históricamente; ¿Señor presidente hice este ejercicio para que despeje las dudas cartesianas?
*Comunicador Social y Periodista
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