ESPÍRITUS POLÍTICOS MALIGNOS
Después de la apuesta del sol nace en el calendario de la vida el nuevo año convencional 2025 con ímpetu de mejorar y cambiar el ánimo de los mortales que no cesamos de convencer y convencernos qué las cosas se hicieron hasta donde se pudo, pero qué deben hacerse mejor cómo pensadores y optimistas que somos y por estar en capacidad de demostrar más adelante con el concurso de los qué creen que si se puede, aunque los espíritus políticos malignos hagan lo contrario.
Después del juego y fuego pirotécnico qué nos pone los pelos de punta cada fin de año y el qué comienza que abrazamos para seguir asombrándonos, viviendo y departiendo en familia; aflora un presupuesto de reflexiones qué datan desde dar gracias al Dios de la vida por darnos oportunidades de navegar por mares y océanos invisibles dónde observamos lo que otros no pueden ver por su ceguera mental.
Asi fue surgiendo la noche de un año que termina y el amanecer avizorando nuevos vientos de otro calendario con expectativas y apuestas en común por creyentes del Cambio y la resistencia de la oposición replegada en tiempos y espacios de terquedad incierta que no alcanza vislumbrar nuevos propósitos. Mientras su obsesión es seguir bloqueando reivindicaciones del pueblo emancipado, que ha servido de alfabetismo político ciudadano.
Después de las doce de la noche del 2025 se formó el círculo familiar y el nuevo menú fue el discurso del presidente en Santa Marta en el barrio «Pescaíto» la oposición no logra captar lo imprevisible y creativo del gol que metió Petro con la figura emblemática del Pibe Valderrama. Las ideas flotaban, corrían de un lado a otro, sólo la imaginación respondía horas marcadas en el reloj que precipitaban el tiempo. El presidente se refirió a los logros que despertó a millones colombianos y creo una nueva visión que la mediocracia sepultaba, tales como:
Reducción de la pobreza; disminución del desempleo cayó a 8,2% en la última medición de noviembre, que significa, ni más ni menos, sin ningún boom petrolero ni carbonero; reducción de la inflación. La tasa de inflación de alimentos –cómo crecen los precios de la comida, que es lo que más interesa a un colombiano y a una colombiana–, imagínense, la recibí en 22% anual del anterior gobierno. ¿Saben a cómo está en este momento? En 1,7% anual. Del 22 al 1,7. Por eso no es casualidad que las revistas más importantes del mundo en materia económica, The Economist, haya escogido a nuestro gobierno como el sexto con el mejor manejo económico del mundo en los países de la OCDE para el año 2024.
Amanecía y todo era vertiginoso hasta pensarla, era la otra dimensión por afirmar que todo era cierto. Reforma Agraria: en el año 2024 se redistribuyeron 440 mil hectáreas de tierra de latifundistas, terratenientes; titulamos, escrituramos títulos de propiedad a personas que ya tenían tierra, pero que no les habían dado su título, legalizando su propiedad; Reforma Pensional, con la ayuda del Congreso, convertimos en ley la política social más ambiciosa de la historia de Colombia reciente; comenzará a regir el año 2025, o sea, ya. Si la Corte Constitucional lo permite, 2,8 millones de viejos y viejas en Colombia, con un bono de 225 mil pesos, que les devolverá dignidad a 3 millones de personas.
Pacto por el Crédito se logró concertar un pacto con el sector financiero, los bancos, para llevar 55 billones de pesos más en crédito, pero sobre todo a los trabajadores; La COP16 se realizó con éxito el evento más importante en la historia de Colombia; Reforma al Sistema General de Participaciones, junto con el Congreso, aprobamos la Reforma al Sistema General de Participaciones en la Constitución; Incautación récord de drogas ilícitas: en 2024 llegamos a la cifra récord de 848 toneladas incautadas, un aumento del 14% en comparación con el año 2023 y del 29%, casi el 30%, en comparación con el año 2022; aumento del salario mínimo en el 2025, incluyendo el auxilio de transporte, va a pasar de $1.462.000 mensuales a $1.623.500 mensuales.
Una obra puede quedar comenzada, inconclusa o terminada, todo depende del estado de ánimo del autor o de los factores de su creación.
Comunicador Social y Periodista (*)
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