POEMAS DE LOS PERIODISTAS
El libro «Poemas del Mar y del Río. Los poemas del periodista» navegan por las aguas del Guatapurí y corren por debajo del Puente sobre el río Magdalena, en medio de nubes borrascosas y gaviotas que ven la inmensidad de los poemas, encerrados en su carátula y contra caratula, resguardados por la Ventana del Mundo de la ciudad, en facetas multicolores; editado por SantaBarbara.
Estos poemas, han sido del cuidado de los periodistas María Eloísa Araujo Morón, en la presentación “Los Poemas del Periodista” Por otra parte, Fabio Ortiz Ribón, en su introducción “Un Paso con Partida Doble”. Los prologuistas resaltan cada uno en su estilo y visionan a la comunidad poética de colegas, con identidades como una urdimbre de mundo afines, de mundos diferentes, según la naturaleza literaria, acorde a sus almas poéticas.
Atreverse a plasmar el arte literario en el ámbito poético, sin apartar las noticias e informaciones y notas periodísticas comprometidas de diversos géneros, es más que una hazaña, es resaltar perfiles poco vistos qué desnudan y visten la poesía, es una manifestación de los adentros y afueras qué se escriben y se viven en los titulares del día a día, atrevernos a decir que es primera vez qué dentro de una organización como el Colegio Nacional Periodistas «C.N.P.» surjan más de una decenas de periodistas del Atlántico y del Cesar.
Al parafrasear a Byung- Chun Han en su libro: La Crisis de la Narración, nos eleva y nos une con espíritu transformador a través de experiencias qué podemos aportar a la sociedad; es lo que hemos hecho unirnos como profesionales de la comunicación, plasmando sobre las hojas en blanco los poemas del mar y del rio, dándole sentido a la vida y hablando de los más íntimo del ser y la naturaleza, a través de la literatura.
Sin poesía no hay forma de transformar la palabra. ¿Cómo empezó a convivir la poesía sin atender los sentimientos de los poetas qué pueden compartir, no importa que se roben el oxígeno de una estrofa y prendan fuego a otra? Esto se evidencia en la poesía de Guzmán Quintero Torres (In Memorian). “Después de mi vida, /no sé qué encontraste;/si tendré que batallar con gigantes/que me hieran y mi sangre germine”. En ese andar honra con sus letras Carlos Ramos Maldonado: “Propongo que las rejas del alma / se evaporen/ cuando huyas sin fronteras/ en el tropel del tiempo”.
Vivimos de coincidencias felices, por ese enamoramiento de la vida, esto lo evidenciamos en la poesía de Víctor Hugo Durán Cobo: “Cofre de vida, decorado sublime/ que suscita varonil transgresión. / Divino ‘Eros’ pigmentado/ de marchito otoño”. En Alfonso Ávila Pérez: “Soy culpable de amar. / ¿Qué puedo hacer si mi pecado eres tú? / Debo partir, / tal vez, / a donde nadie te cuente…” En el ir y devenir lo vemos en Marian Moreinys Almeida Cujía: “Quiero soñar/ Soñar en ángeles/ ciegos de amor/ en las historias/ que se hacen realidad”
Para el poeta Fabio Ortiz Ribón. Su trabajo evoca garras al plasmar: “Soy felino enamorado. / Una saeta lanzada al viento/ con certeza a posarse/ en la blanda carne de tu cuerpo…/ En Jorge Campo Figueroa avisamos una denuncia permanente: “yo igual asistí/ a mi cuarto de hora en el infierno/ y de allí retorné como árbol verde” Sumergida, emerge del Guatapurí, Andrea Carolina Guerra Peña: “El Guatapurí sereno recibió mi canto/ay, ya sé cómo corre el Guatapurí/ espero que mis versos lleguen tan lejos…”. Al decir de Eduardo Santos Ortega Vergara: “Quiero encontrarla por ahí/ tropezar en su desdén/ y que me hiera la piel/ y que me duela el corazón”
Los poemas entre el mar y el río son miradas, el respirar, los dedos en las teclas y neuronas a eso que llamamos poesía, plasmada en Hugo Castillo Mesino: “Gabo, el gallo del coronel/ anunciará con su canto/ que te marchaste para regresar/ tus historias de amor. En este desorden hecho orden, con motivo del día mundial de la poesía se acarician letras de mundos imaginarios entre el mar y el rio
Comunicador Social y Periodista (*)
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