¿ENIGMA DE UN ATENTADO?
Hace nueve días del atentado, he tenido pesadillas al viajar por calles, carreras, visitando lugares recónditos de la ciudad, esculcando bibliotecas, café-internet, museos, agencias informativas, revistas indexadas, visitando amigos de la academia, especialistas de la «Dirección Nacional de Inteligencia» para que orienten cómo acabar con la pesadilla sobre el «atentado» que no me deja despertar. A los que hacen parte del catálogo de visitas realizadas en la clínica Santa Fe y a quienes no dejan entrar es válido preguntarles: ¿Un proyectil disparado a pocos metros puede rebotar? Las respuestas han sido múltiples ¿La duda y la certeza?
Algunos críticos dicen que es un «Novelón» afirman que el proyectil sobre el cráneo reboto como una bola de pin pon, en contravía de las matemáticas y la física. Desconocen que la bala politizada puede rebotar en el cráneo cuando no lo penetra completamente, o si golpea en un ángulo que causa que se desvié. Otros opinan que «Las balas» eran de goma, no de otra forma se explica que rebotará y no ingresará al cráneo, una Glock a 2 metros ½ no rebotaría…» Mi condición de humanista no concibe esta afirmación, amo a la vida, aunque la ciencia y la técnica expresen verdades o mentiras.
Esta pesadilla se virilizó y ha ocasionado «Crisis de credibilidad en los colombianos» al informarse que los proyectiles sobre el rostro del senador no dejaron rastro. En el sueño profundo pregunté ¿Cómo se explica que las clínicas se conviertan en centros televisivos donde entrevistan a candidatos con horarios agendados, maquillados con derecho a llorar y hacer «Show» olvidándose conscientemente del estado crítico del senador; es una aberración, respeten, y ante ello convocaron a la «Marcha del silencio» disfrazada, ¿siendo el silencio contra Petro? En teoría, es para que el país clame por justicia, ¿Bajar los caldeados ánimos de la política?
Ahora ante tanta desinformación, traigo a colación «Relato de un náufrago de García Márquez» donde todos quieren saber la verdad, de igual forma pasa sobre el estado del senador precandidato. Ante «El enigma del atentado» por dejarme llevar del sueño pesadilla y en vista de las circunstancias y de los melodramas, acudí al psiquiatra, gurú, terapeuta, lama, teólogo, espiritista, conflictólogo, mitómano, directores de los medios al servicio de la oposición, que no se cansan de reeditar y manejar en rotativa la desinformación como insumo de esta «Pesadilla y los fake news o falsas mentiras» debemos seguir bregando por la recuperación del senador y conocer las verdades.
Analicé posturas conceptuales de las visitas realizadas a personas e instituciones e inclusive a parroquianos, quienes hicieron sugerencias al no despertar del sueño hecho pesadilla y dijeron que «El Senador» no es culpable, lo han utilizado y convertido el atentado como «La Mala Hora de García Márquez» el espíritu maligno que ronda en Colombia y puede resucitar a Pablo con sus momias, disparando desde los cementerios.
Las crisis son insumos de la historia de la humanidad. Las Instituciones del Estado, la Iglesia, los Modelos Económicos, los Partidos Políticos, los Movimientos Sociales, los Modelos Educativos, los Medios de Comunicación; tergiversan y prestan poca atención a «El enigma de los proyectiles y su blanco con consecuencias nefasta» en tanto no salgo del sueño transformado en «La pesadilla nacional» donde al parecer no se puede dudar, afirmar o negar y al final se lo dejan a Dios; que nada tiene que ver con lo que pasa en «Colombia» Hay que estar atento a los reportes médicos y a los informes de balística.
Según expertos sobre la «Pesadilla Nacional» estamos viviendo «Crisis Paradigmática» o «Vivir para contarla de García Márquez» sabemos que ha pasado en Colombia y que puede pasar, existe una «Matriz y un Plan insólito del poder, peligroso». Bolívar no murió de enfermedad alguna, lo enfermaron quienes hablaban de libertad por repartir el absurdo poder que es inferior a la misma, sólo por el derecho de expresarse y ser diferente; la oposición no tiene un candidato que el pueblo respalde y su próximo Congreso se reduciría al 30%. Si el progresismo estudia y piensa como «Cambio» deponiendo su enfermedad histórica, el sectarismo, todo es posible.
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